Hidratación

La mejor crema hidratante es aquella que se adapta a las características de tu piel. Hay que tener en cuenta que las pieles secas necesitan cremas formuladas con ingredientes que aporten un extra de nutrición. Sin embargo, una piel grasa necesitará activos seborreguladores. Por lo general, primero es necesario conocer el tipo de piel que tenemos antes de apostar por una crema hidratante en concreto.

La principal diferencia entre una crema hidratante y una crema humectante es su función. En el caso de las cremas hidratantes, sus componentes están especialmente formulados para mantener la humedad de la piel. Sin embargo, las cremas humectantes se ocupan de retener esa humedad que la piel ya posee. Además, este tipo de cremas están formadas por compuestos capaces de crear una barrera protectora en la piel, evitando que se pierda agua en exceso.

Aplicar la crema hidratante es una tarea sencilla, aunque conviene seguir una serie de pasos para que la absorción sea la adecuada: En primer lugar, debemos limpiar en profundidad la piel. Solo así lograremos que la crema cumpla con su función. De lo contrario, los poros podrían obstruirse y aparecería el acné. Una vez tenemos la piel limpia, procedemos a extender el producto por la piel creando una capa firme y uniforme. No hay una cantidad exacta recomendada, todo dependerá de las necesidades y las características de cada piel. Procuraremos dar pequeños masajes con los dedos para favorecer la circulación sanguínea. De esta manera, la piel se oxigenará y tendrá un aspecto más luminoso y suave. Esperaremos a que se absorba antes de vestirnos. Si no, la crema se quedará en la ropa y no cumplirá con su función.