Alimentos con antioxidantes

Con el aumento de las enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación nos hemos hecho más conscientes de lo que comemos y de qué necesitamos para estar sanos. En este contexto, en los últimos años se ha hablado mucho de la importancia de los antioxidantes por las bondades que aportan a nuestro organismo. Si quieres saber qué alimentos son ricos en antioxidantes o cómo llevar una dieta antioxidante, ¡este post está creado para ti!

Beneficios de los antioxidantes

Como siempre, lo mejor será empezar por el principio. ¿Qué son los antioxidantes? Los antioxidantes son sustancias naturales o creadas por el hombre que consiguen prevenir o retrasar algunos daños en las células. Se encargan de neutralizar la acción oxidante de los radicales libres, que son los responsables de alterar los sistemas biológicos y provocar la aparición de enfermedades o acelerar el envejecimiento. Es decir, son muy importantes para protegernos.

Si no tenemos antioxidantes suficientes podemos sufrir envejecimiento prematuro, problemas en el sistema cardiovascular o en el sistema nervioso como disminución de los impulsos nerviosos, los reflejos, la memoria o el aprendizaje. Por tanto, entre sus beneficios se encuentran la prevención de enfermedades y del envejecimiento. Pero no solo eso. Reforzar el sistema inmunológico o su poder antiinflamatorio son también algunas de sus virtudes.

Rutina alimentaria antioxidante

Para conseguir esos beneficios es importante que introduzcamos en nuestra dieta alimentos ricos en antioxidantes. Así conseguiremos combatir el estrés oxidativo y reducir el riesgo de enfermedades. Los llamados antioxidantes exógenos son los que están presentes en los alimentos. ¿Cuáles son? Algunos de los más conocidos son: la vitamina A, C y E, el zinc, selenio, los polifenoles, el resvaratrol, curcumina, antocianinas, betacarotenos, licopeno, luteína o zeaxantina.

¿Cómo los incluyo en mi dieta? Por ejemplo, algunos alimentos con resvaratrol son las uvas, arándanos, fresas, cacahuetes, cacao o vino tinto. El té verde contiene altas dosis de polifenoles. Las zanahorias contienen betacaroteno, que ayuda a nuestro cuerpo a producir vitamina A. Los tomates tienen licopeno; el ajo, vitamina A, B, C, selenio, zinc, magnesio, potasio, hierro…; y la vitamina E está presente en semillas germinadas, frutos secos y aceites vegetales.

Por su parte, el betacaroteno lo podemos encontrar en la patata, la calabaza, las espinacas, el perejil o el mango; y las fuentes de vitamina C son las frutas y verduras. Algunas verduras y frutas antioxidantes son la naranja, limón, papaya, melón, kiwi, piña, fresas, tomates, coles de Bruselas, pimientos, brócoli o coliflor.

Alimentos más ricos en antioxidantes

Ya sabes qué necesita tu cuerpo para obtener antioxidantes. Pero, para facilitaros el trabajo, aquí tenéis una lista de los alimentos más ricos en antioxidantes. Estos son: el chocolate negro con un porcentaje de cacao superior al 80%; el café; los frutos rojos, en especial la fresa, la frambuesa, el arándano, la mora o la grosella; la alcachofa; y las nueces.

Otros productos antioxidantes

Además de llevar una dieta antioxidante, podemos utilizar otros productos antioxidantes según nuestras necesidades. Como hemos dicho, los antioxidantes ayudan a prevenir el envejecimiento. Entonces, ¿qué mejor que unas ampollas o cápsulas de parafarmacia con acción antioxidante para reducir las arrugas y combatir los signos del envejecimiento?

Las ampollas Acción Profunda Antioxidante de Germinal contienen redoxiotil, un complejo antioxidante que, combinado con potentes principios activos consigue mejorar la apariencia de la piel, reduciendo las manchas, las arrugas, aportar luminosidad, hidratación, elasticidad y un efecto tensor que nos encanta.

Además de llevar una dieta variada rica en frutas y verduras y utilizar productos que contengan antioxidantes en nuestro cuidado personal, os recomendamos que evitéis el alcohol, el tabaco, el estrés, las sustancias químicas o la contaminación ambiental en la medida de lo posible, ya que son factores que aumentan el estrés oxidativo.

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